viernes, 26 de octubre de 2012

Ciclo "Escuela para Padres" en la E.E.M.Nº3

 Excelente disertación de la Licenciada Elisabet Salerno sobre el tema "Límites y Violencia" de su Ciclo "Escuela para Padres" oportunamente brindada en el Marco Institucional de la Escuela de Educación Media Nº 3.



 Lujoso equipo de trabajo ¡Gracias a todos!

lunes, 8 de octubre de 2012

Charla Gratuita sobre Límites y Violencia el lunes 15 de octubre































¿Qué es Escuela para Padres?
…“NO HAY RUMBO”, esto es lo que sucede en la sociedad, eso, nos  gritan los jóvenes…en la puerta de los boliches…, en las plazas… en las puertas de los colegios…, en las puertas… de las puertas de nuestra desazón…
 Escuela para Padres es un espacio donde se puedan brindar, desde lo profesional, recursos concretos  para resolver problemas concretos del seno familiar. Esto es problemas en la crianza de los hijos en general, tengan la edad que tengan.
Principalmente describimos a los padres e hijos como extraviados en un mundo cada vez más cambiante, donde se ha perdido el punto de orientación.
Definamos entonces algunas cuestiones.
El punto de partida para la vida se ha dado dentro de una pareja, sus integrantes son nombrados como padres biológicos por ser lo encargados de la creación del nuevo ser.
Luego podemos localizar a aquellos encargados de la crianza. A aquellos encargados de llevar adelante dicha crianza los llamamos Padres.
Padres es más que un nombre, es específicamente una función. Por ser el  humano un ser social, que debe ser preparado desde la primera infancia a vivir en grupos, cumplen los Padres el rol de ser portadores de las normas necesarias para la convivencia en sociedad. 
Constituirse en un ser que se ubica dentro de las leyes de una sociedad y posee raciocinio, nos da la característica de hombre. Aquellos que no se incluyen dentro de la ley, carecen de la misma.  Por eso lo que esta por fuera de la ley suele ser nombrado como salvaje, primitivo e inhumano. 
Hablábamos de la  función Padres, como la que introduce a un ser viviente en la categoría de humano, cuando esta función no se cumple, o se cumple esporádicamente, tenemos un problema, un serio problema….
 En muchos casos  los padres biológicos, son los Padres. En otros casos la función Padres, la ejercen personas que no necesariamente participaron en la creación del sujeto.
Decíamos que se ha perdido el punto de orientación, el norte, el hilo conductor, o como queramos llamarlo.
Nos encontramos con niños pequeños, latentes, púberes, adolescentes, jóvenes, y más,  que no se enmarcan dentro de las normas, que no reconocen las normas, y peor aun que no las han conocido nunca.
Los limites, los bordes de su cuerpo, los bordes del cuerpo de los padres, los de los otros cuerpos, deben ser señalados. El niño no reconoce los limites por si mismo, ni el peligro, ni puede discernir entre lo bueno y lo malo. Es sin dudas la función Padres la que hace posible esta diferenciación.
Si dejáramos a un bebe gateando en una vereda, jamás él reconocería el peligro de bajar a la calle, seguiría gateando en dirección a lo que su curiosidad lo lleve. Es allí necesaria la orientación de Padres, para ir marcando los bordes no transitables, y los permitidos.
De la misma manera sucede en cada etapa de la vida: en cada etapa volvemos a gatear ante cada nueva situación, tanteando el terreno, y seguiremos tanteando según nuestra curiosidad, hasta tanto se nos detenga. Esto nos muestra claramente que la función Padres acompaña cada etapa de crecimiento ineludiblemente, y dicho cordón-borde-limite, va adquiriendo distintos nombres, según la edad en la que nos ubiquemos.
Los padres dicen: “como no sé qué hacer, no hago nada”. Esto nos va a dar un indicador de la falta de ley, autoridad, normas y cumplimientos. Pues tenemos un hijo desubicado o desorientado, y  NADIE que lo conduzca.
 El bebé  no tiene un punto de orientación, más que el que le indica su curiosidad o la satisfacción de sus necesidades básicas. Son sus padres lo encargados de marcar el territorio posible de transitar. Ellos indican el punto de orientación en función de que poseen la propia orientación.
Conforme va creciendo ese bebé, dichos Padres deberán seguir marcando los lineamientos que de los distintos terrenos se deban saber… el terreno del niño, del escolar, del púber, del adolescente, del joven… de esas edades, que no terminan de golpear cada una a su modo, las puertas de la maternidad y de la paternidad.
 Cuando decimos que están perdidos los niños, adolescentes, etc., estamos hablando de algo normal, ya que cada etapa es un desafío, un nuevo terreno a explorar. Necesitamos nuevamente orientar en cada etapa.
 Pero lo que olvidamos decir es que también los padres pasan por etapas de crecimiento como tales, y que se encuentran las más de las veces desorientados, tan desorientados como sus hijos.
Allí tenemos el tema que nos ocupa, la desorientación de los seres en formación, y las de sus formadores, para decirlo de un modo que se entienda.
Ahora, estos formadores, están ellos también en formación. Porque la función Padres no viene dada, es algo a descubrir en la naturaleza de cada uno, y va cambiando en cada etapa, porque el terreno a transitar (hijo) no es el mismo de una etapa a la otra. El Padre como el hijo, son convocados a realizar cambios permanentemente sin lugar a dudas. 
Por esto hablamos de parir al Padre que hay dentro de cada uno, parir en tanto descubrir las potencialidades, descubrir el modo propio, único e irrepetible de ser Padre
En la Escuela para Padres, no hay alguien que enseña, y alguien que aprende, en el sentido de alguien que tiene el saber, y otro que no. El termino escuela hace alusión al lugar de encuentro con un saber que esta dentro de cada ser, y que lo único que hacen los profesionales es operar con los instrumentos necesarios para que el padre, descubra lo que de Padre tiene.
Ayudamos a parir al Padre de cada nueva etapa. Ayudamos a que vuelva a encontrar el punto de orientación, su norte.
Estamos convencidos de que es un tema de desorientación y no de incapacidad
Una vez que a través del trabajo terapéutico el padre se logra encontrar en su eje, allí sale de nuestra supervisión y se erige nuevamente en el portador de su nombre.
  
Lic. Elisabet María Salerno.